Querida, maté a la cartulina

Una mirada a la escuela del mañana.

Víctor Calabró

12/30/20244 min read

woman in black sweater holding white and black vr goggles
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Si te digo que pienses en la escuela del mañana, podrías imaginar cosas que ya escribió mucha gente: cascos de realidad virtual, hologramas, robots dando la clase, entornos 3d (Bradbury escribió un cuento genial sobre esto: La pradera) y cuanta cosa que de idea a 'futuro', casi como escribir 'inteligencia artifical' y ver las imágenes que te trae tu buscador favorito.

También estarán aquellas personas que piensan fuera de la caja y dirían algo que quizás pueda tener bastante justificativo: la escuela del mañana es igual a la de hoy, porque la de hoy es igual a la de hace 50 años.

Y un poco sí y un poco no. No podemos negar los avances tecnológicos que hubo en todo este tiempo pero si es verdad que estructuralmente no cambió tanto. Porque funciona. Luego se discutirá cuál es la función en todo caso, pero que uno pueda conversar de la escuela con su hijo, su madre, su abuela y siempre se parezca también habla de lo difícil de asimilar ciertos cambios en entornos tan complejos como puede ser el desarrollo de la educación.

Hoy escribo para darnos un espacio y que pensemos en que la escuela del mañana puede ser distinta. Porque los avances tecnológicos están, pero lo importante es que están en todos lados. Hay escuelas que hoy son famosas por ciertas medidas que intentan aferrarse al pasado, como la eliminación total del uso de los celulares, o cero pantallas durante la hora de clase. Y es que los nuevos desafíos parecen inabarcables, y muchas veces mirar al pasado parece ser la solución. Porque puede que no tener el celular en el aula ayude a concentrarse, pero nos encontramos con que afuera del aula todo el mundo tiene el celular en la mano. Esta 'desconexión' también es un planteo. ¿Y entonces cómo hacemos?

Esa pregunta quedará para más adelante.

Para pensar la escuela del mañana, les traigo este pequeño microrrelato que osé llamar 'Querida, maté a la cartulina', en homenaje a una película que de chico me daba mucho miedo, que no logro recordar la trama pero si me acuerdo que había hormigas gigantes. Es una pequeña reflexión acerca del futuro en el aprendizaje, donde un agente virtual pasa a ser parte del día a día de los estudiantes.

Querida, maté a la cartulina

Primero fue la duda:

- No entiendo, ¿cómo que tiene tu número?
- No, no tiene mi número. Está en mi celu. Y tipo a la mañana nos va mandando todo, porque está sincronizado con las materias y el calendario. Los profes cargan todo y así aprende - me dijo mi sobrina, mostrándome algo parecido a un chat en su celular.
- ¿Aprende? ¿No sos vos la que tiene que aprender?
- Yo tengo las clases, pero él aprende de todo. Tipo, agarra la información de los profes, la nuestra, hace cosas con eso y después aprende. Aprendió un montóoon este año - me respondió estirando las palabras mientras scrolleaba hacia arriba, pasando decenas de mensajes rápidamente.
- ¿Por ejemplo...?
- En la clase de historia me mandó que anote bien el nombre de Moctezuma porque ya me había pasado con otros personajes históricos que los escribí mal en los trabajos. Entonces como que me dijo 'no cuelgues!' y me re sirve a mí.
- Ah, es como si te conociera de toda la vida
- ¡Claro! es que literal pasamos muchas horas en el cole y sabe más de mí que mi papá - dijo en tono burlón.
- ¿Y podés consultarle cosas o solo te manda mensajes?
- Está disponible 24/7. Y sabe de todo, me ayudó a repasar para la prueba de Sociedad y Estado. Estuve hasta tarde hablando con él. Zafé de llevármela el año pasado por su "bondad". - me comentó mientras hacía comillas con los dedos de la mano libre.
- Bueno pero vos sos la que al final del día lo 'usa' bien. - dije, intentando realzar sus logros.
- Si, como todo, tío. Vos antes podías aprovechar los resúmenes o no hacerlos. Podías ir a preguntarle al profe o quedarte con la duda. Acá es igual, pero más rápido.
- Suena interesante. Creo que en mi trabajo estaban por armar algo parecido... pero para qué quiero yo alguien repitiéndome 'te quedan 7 horas para salir' a cada rato. Dejame tranquilo nomás.
- Jajaja ¡tío! pero pensá que te habla para cosas importantes. Gracias a él no estoy atrasada con ninguna materia. Los viernes antes de salir me hace anotar los pendientes, si tengo que terminar algún trabajo y hasta me manda los resúmenes que necesito leer para no tener que buscarlos.
- Labura un montón
- 24/7
- Y los profes, ¿qué onda con él? - le pregunté, intuyendo que quizás podía generar alguna discordia.
- Lo aman. Si les ayuda un montón, hasta contesta preguntas que antes me imagino les mandaban a cualquier hora.
- Claro, es como un asistente personal para cada uno. Y encima con una memoria infalible.
- Exacto, a veces me cansa un poco cuando me recuerda las tareas que no quiero hacer, pero bueno, supongo que antes no mirabas la agenda y listo...
- Antes, hace 10 años. ¡Cómo cambió todo, che! Me siento re viejo.
- ¿Te anotabas las cosas en algún lado vos, tío?
- Yo...

Ahí apareció entonces, como segunda cuestión, el terror:

- No lo puedo creer... finalmente pasó. - dije con un tono entre asustado y reconociendo una larga y temida derrota.
- ¿Qué pasó? ¿Estás bien? - me preguntó preocupada
- Es el fin. Sabía que este día llegaría...
Se terminó la hermosa tradición de que un domingo a la noche le digas a tu mamá que te olvidaste la cartulina.

Víctor Calabró

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